Sin estrategia ni coordinación, pandemia no cederá terreno
Por Alejandro Buendía
El Gobierno Federal, en voz de Hugo López-Gatell, continúa exhortando a la ciudadanía a que se mantenga en casa, que el riesgo de contagio es alto, que sólo salgan para lo indispensable como trabajar, comprar alimentos y quizás pagar las cuentas del hogar, pero nada más.
El mismo Gobierno Federal dice que resulta ocioso y muy caro aplicar pruebas masivas porque con técnicas y cálculos epidemiológicos se puede conocer qué tan grande es la epidemia de la infección Covid-19.
Llega el primero de junio y comienza la etapa de la semaforización. La responsabilidad pasó a las manos de los gobiernos estatales. Algunos de ellos, sobretodo los que no forman parte de Morena, se molestan, dicen que aún no es momento de una nueva normalidad, que todavía tendríamos que mantenernos en aislamiento, que los semáforos «no aplican» en sus estados, que ellos resolverán el problema porque «van muy bien».
Estas dos últimas frases que entrecomillé, provienen de los gobernadores de Coahuila, Miguel Riquelme y Durango, José Rosas Aispuro.
Ambos mandatarios estatales han fungido como voceros oficiales de la epidemia. Los Secretarios de Salud siempre escudan a los mandatarios pero no toman la batuta.
El Gobernador Miguel Riquelme mencionó que con la aplicación de más pruebas, determinarán el tamaño del problema y podrán calcular si hace falta ampliar los espacios con camas para que no se vea rebasada la capacidad hospitalaria. A su vez, dio a conocer que los ayuntamientos, a través de sus cabildos y de la coordinación con los alcaldes y alcaldesas, harán reglamentos y diseñarán estrategias para evitar grandes concentraciones de personas en espacios públicos y privados.
Hoy, 12 de junio, a dos semanas de haber dado por terminada la Jornada Nacional de Sana Distancia, Durango es el estado número uno a nivel nacional en crecimiento de la incidencia de contagios, con 193 por ciento más casos confirmados en los últimos catorce días.
Por su parte, Coahuila es la quinta en esa estadística a nivel nacional, con un crecimiento en la incidencia de contagios del 121 por ciento.
¿Qué estamos haciendo mal? En México el Gobierno Federal sugiere que se mantengan las medidas de restricción y que la gente continúe en casa y solo salga para realizar tareas fundamentales. Se recomienda el uso del tapabocas sólo en espacios cerrados en donde no se pueda lograr la sana distancia. En Coahuila comienza la reactivación económica, en las calles cada vez hay más personas, los centros comerciales han comenzado a abrir y se sugiere que se use el tapabocas todo el tiempo y en cualquier lugar. En Torreón el alcalde Jorge Zermeño dice que no es su culpa que la gente se contagie, que él no puede estar detrás de cada ciudadano para que se ponga un tapabocas y que la gente, en la medida de sus posibilidades, tiene que salir a gastar para reactivar la economía. En Gómez Palacio la alcaldesa cerró todos los negocios no esenciales, al menos, hasta el 22 de junio y continúa castigando con trabajo comunitario a quienes no respeten las medidas de sana distancia.
Como pueden ver, en México cada quien traza su ruta, no hay homologación de criterios, no hay coordinación y no existe una estrategia clara y puntual para atender la epidemia.
Qué triste que nuestras autoridades rivalicen y no generen comunidad porque las únicas víctimas de esa batalla de egos somos nosotros, los ciudadanos.
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