Nos hicieron analfabetas cívicos
Por Moisés Picazo Salazar
Hay ríos de tinta en cuanto a la conducta del mexicano en sus muy diferentes aspectos, pero en cuanto a lo referente a la cultura cívica, el interés que se pone en cuanto a los órganos de gobierno en sus tres poderes y sus tres niveles, es un terreno pantanoso, ¿cuántos mexicanos conocen esas “tres instancias de gobierno”: municipal, estatal y federal?
Cada tres o cada seis años renace el optimismo y la esperanza, ¡ahora sí vamos a salir de la pobreza! ¡Se acabará la impunidad y la corrupción! ¡Se acabará la violencia, el “crimen organizado del gobierno”, el crimen organizado de los delincuentes! ¡Viviremos tranquilos, en paz, prósperos, con seguridad y futuro para mí y para mis hijos! etc.
Muchos fueron a votar y pensaron que con eso ya teníamos democracia y todo se arreglaría, esto a pesar de que según algunas encuestas, el mexicano no está de acuerdo con la democracia y preferiría otra forma de gobierno, no sabemos cuál pero otra. En cuanto a esta forma de gobierno democrático y con esta palabra DEMOCRACIA se resuelve todo y dejamos que sea “papá gobierno” que todo lo haga, todo lo resuelva, que todo nos dé, a pesar de que según la nota de El Economista del 2 de noviembre de 2017, de acuerdo con estudio del Pew Research Center, 9 de cada 10 ciudadanos están insatisfechos con la democracia en México.
Todo mundo critica esa actitud poco ciudadana del mexicano. Todo mundo opina sobre lo que debe ser y debemos hacer, las pláticas de café y sobremesa están colmados por todos los que se vuelven politólogos, demócratas, expertos en administración pública y gobernanza, tal como sucede después de un partido de futbol, sobre todo si perdió nuestro equipo favorito y con esto, sólo estamos ratificando que pasamos de ser “pueblo globero” a “pueblo futbolero”.
¿Cómo ocurrió esto y por qué no salimos del hoyo? porque nos vacunaron contra la política, pues en México ésta no se conoce. El mexicano sólo sabe de la politiquería de los “partidos políticos”, los cuales no son tales, se concluye que en México no hay partidos políticos, sólo franquicias cuyos dueños marcan la línea que les sea favorable a ellos en cuanto a millones de pesos que ellos mismos se autorizan por medio de sus diputados y por los puestos públicos a los que acceden para lo mismo.
Después de 80 años de adoctrinamiento, ¿Cuál es la solución? No es fácil, pero debemos actuar por encima de esos “partidos políticos” que son un mal necesario que debemos padecer, ya que ellos mismos establecen en sus leyes, a sus diputados, a sus senadores, y a sus funcionarios, todos emanados de los mismos “partidos”. Recalco el “SUS” pues no son nuestros, ellos los ponen y si acaso nos permiten que votemos por ellos.
Debemos convertirnos en verdaderos ciudadanos cumpliendo con nuestras obligaciones y exigiendo nuestros derechos como ciudadanos o como sociedad civil organizada. Luchemos contra la corrupción, la impunidad, a favor de la transparencia, la rendición de cuentas, los derechos humanos, el derecho a la información, etc. y exijamos que los funcionarios funcionen y los servidores sirvan, ellos nos deben rendir cuentas a nosotros y no nosotros a ellos, pues son mandatarios y nosotros los mandantes. En síntesis no nos convirtamos en analfabetas cívicos.
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