Opinión

Ni con el pétalo de una rosa

Por Patricia Vargas Bryan

Hace un par de semanas, también a través de un artículo de opinión, señalaba la falta de sensibilidad política (por decir lo menos) del actual gobierno federal para afrontar las críticas que se han levantado a través de editoriales periodísticas, y también desde algunas organizaciones de la sociedad civil.

Por su parte, el gobierno de Jorge Zermeño, alcalde de Torreón, también ha sido poco receptivo a señalamientos puntuales de la prensa y la ciudadanía. La última muestra de esta actitud se dio a principios del mes de abril, cuando el alcalde desestimó en una entrevista los resultados publicados en el informe de finanzas y gastos públicos elaborado por el Consejo Cívico de las Instituciones Laguna (CCI), donde se observa una disminución considerable en el gasto público del municipio durante 2018, con respecto al año anterior. Además, ante los resultados de la encuesta de percepción que realiza el Observatorio de La Laguna sobre seguridad y servicios públicos, Jorge Zermeño volvió a minimizar sus calificaciones, asegurando que “a él le dicen otra cosa cuando anda por las calles”.

Desde que tomó el cargo como presidente municipal en 2018, las críticas y señalamientos de la ciudadanía se han hecho escuchar. Y es que no son pocos los temas en los que Torreón presenta rezagos importantes: pavimentación, agua potable, drenaje y alcantarillado, seguridad pública, etc.  En materia de transparencia y rendición de cuentas, PC29 hizo un llamamiento en los primeros meses del año pasado a las instancias correspondientes para actualizar la información pública de oficio en los portales del ayuntamiento y, aunque el aparato se movió para atender el retraso, percibimos la molestia que nuestro señalamiento público había generado.

La Red de Mujeres de La Laguna, colectivo que estudia y acompaña los casos de violencia de género en nuestra región, también ha tenido desencuentros en la arena pública con el alcalde y su administración. Tampoco le gustó al alcalde que la ciudadanía se opusiera a su proyecto de la Calzada Colón, ni que criticaran el “antimonumento” que develó en la celebración del ocho de marzo. En general, pareciera que la realidad que se observa desde el lente ciudadano y la que perciben las autoridades en turno son diametralmente distintas.

La construcción de una comunidad más participativa es un obstáculo en la lógica de los gobiernos autoritarios. Los nuevos términos de gobernanza en las ciudades del mundo requieren forzosamente espacios de acercamiento y encuentro, pero también un enfoque de desarrollo integral, más allá de las dinámicas partidistas. El llamado al alcalde, al presidente de México, al gobernador Riquelme y a cualquier funcionario que ocupe o pretenda seguir ocupando cargos  públicos, es a reconocer las nuevas reglas del juego: a mejorar sus habilidades de análisis,   comprensión,  comunicación y mediación. También a desarrollar mecanismos de rendición de cuentas efectivos, más allá del cumplimiento de las obligaciones básicas de transparencia en el ejercicio de sus funciones.

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Un comentario

  • José de Jesús Valdez Perezgasga

    Hola! Interesante enfoque sobre la participación ciudadana. Creo temerario llamar autoritario a gobiernos emanados del voto popular con márgenes más que suficientes. Desde la ciudadanía nuestro derecho es exigir al gobierno un desempeño eficiente y que cumpla lo que prometió.

    Estos espacios se conquistan. No se piden. Ha faltado crear una agenda para exigir. Pero no es culpa de gobiernos autoritarios. Saludos.

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