Opinión

¿Hacia dónde?

Por Miguel Ángel Ordaz

Una vez que pasó esa enorme borrachera de ruido, propaganda, mentiras, tiempo de reflexión y votación, que concluyó con una nueva composición política en el país, se imponen cuestionamientos en todos los asuntos de gobierno y sociedad; del primero debemos conocer rumbo y medios para enfilarlo, rutas, puntos de llegada, alcances temporales, para empezar; de la segunda una cuestión elemental: disposición para participar en los asuntos de interés público hacia donde las organizaciones de la sociedad civil deberán prestar atención para poder capitalizar las coyunturas que significan las crisis.

Por las primeras declaraciones que han hecho dirigentes de partidos en coalición, presidente del país, candidatos ganadores al congreso parece que siguen en la vieja sintonía de hacer de cuenta que no cambió nada; que pueden seguir con triunfalismo y echar culpas a otros de sus propios errores y empezar a olvidarse del compromiso que tienen con la sociedad, con las    comunidades que representarán en congresos locales y cabildos; a punto de entrar a su campana de cristal y mantener la conducta e intereses de siempre puede significar no entender lo que pasó el 6 de junio.

La sociedad debe aprovechar el interés mostrado de participar en política (un asunto público), en la elección reciente, organizando el día y ejecutando el proceso de votación completo; ello demuestra que es posible dejar poco a poco el individualismo y comenzar a pensar en colectivo; de no hacerlo caeremos en el mismo vicio que se conjunta con una clase política que por su actuación histórica ha sido rapaz; el entorno -nuestro entorno- exige cuidados en todos sentidos lo que implica renovar nuestra visión de las cosas y pensar en el futuro para evitar que los políticos y gobernantes lo cancelen, trátese de educación, salud, oportunidades para crecer y desarrollarnos, mejorar la calidad de vida de nuestras familias, en fin de lo que está por venir.

Se atendió una responsabilidad pública, primer paso para pensar en una sociedad solidaria que sea alternativa para la atención de problemas públicos en el entorno inmediato; como no termina la participación con votar, necesitamos promover la presencia de la comunidad a partir de ese momento si no queremos correr el riesgo de que los mismos hagan lo mismo en nuestro perjuicio y su beneficio; ya se escucharon las primeras voces. “Con unos cuantos diputados del PRI o cualquier otro partido” podremos acordar para reformar la Constitución, a lo que pregunto ¿y la coalición legislativa quedará supeditada a los intereses individuales de los legisladores, o a la existencia de un expediente sobre sus rapacerías que tenga en sus manos quien quiere cambiar la Constitución? Es de cuidado y atención permanente de todos los ciudadanos y de sus organizaciones no permitir que eso suceda. Ya en Coahuila tenemos la experiencia de la hegemonía partidista en el congreso local, y también la incapacidad opositora de impulsar las formas, bases y estructuras necesarias que permitan que la voz de la comunidad se escuche en vivo. Ojo, no debemos perder de vista que, en nuestra entidad, en el ejercicio del poder en cargos de elección y designación permanecen los mismos apellidos, cosa que significa que los cargos se heredan; quien habría de decirlo: en pleno Siglo XXI la característica principal es el feudalismo.

 El año 2009 gana elección municipal el PRI; si observamos la lista que circula en redes sociales que señala quienes ocuparán los principales cargos para el período 2022-2024, se repiten unos nombres y aparecen herederos de otros en áreas importantes; Tesorería, Simas, Catastro, Desarrollo Económico; aquí encontramos una mezcla entre manejo de recursos y apoyos a clientela con proyección económica e intereses de grupo. Estaríamos a la espera del Plan de Gobierno, sus líneas principales, tiempos de conclusión y calidad en el manejo del dinero derivado de los impuestos que todos pagamos.

Amable lector, el momento de reflexión y participación para definir el tipo de país y ciudad que queremos, requiere de la participación de todos; así como en la elección del pasado 6 de junio se mostró interés y capacidad, así se requiere ahora. Son muchos los retos y la incertidumbre; deben ser muchos los que debemos participar para sugerir, proponer, exigir que se cumpla el mandato otorgado, pero con otras formas, reglas, procedimientos. Dicen los que saben que no se pueden conseguir nuevos y mejores resultados utilizando las mismas cosas, estructuras y procesos. A estas alturas de la incertidumbre, no se deben tener equívocos. Rescatar el Mandato, pues.    

 En el Cajón

 Conocer los detalles de las tareas, obligaciones, facultades, responsabilidades de los servidores públicos sería el principio de un proceso de aprendizaje y conocimiento que los ciudadanos debemos atender para empoderarnos efectivamente y exigir el gobierno de calidad; por eso debemos ser una sociedad de calidad. El esfuerzo no solo vale la pena, vale el futuro.   

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