Opinión

Esfuerzo

Por Miguel Ángel Ordaz

Ser muy esforzado es tener conciencia de la fortaleza propia, no me refiero solo a la física, hablo de la voluntad para hacer, para ser, para conseguir, en el entendido de que nada es fácil, y si ni siquiera se intenta, será imposible. 

Todo cuesta y cuando no es así, lo recibido se valora muy poco porque no se hizo el esfuerzo por conseguirlo. Esto lo saben todos los políticos, lo que ha permitido que en este país se transite cada 3 y 6 años haciendo casi el mismo recorrido. 

Mientras otros países que hace 2 o 3 décadas estaban en peor situación que México, hoy están en pleno desarrollo, nos debemos preguntar ¿Qué hicieron para salir del subdesarrollo?, y al revisar de manera general encontramos que hicieron verdaderas reformas: política, económica, y educativa para empezar. 

Política, que reformó el poder, la forma de conseguirlo y la responsabilidad de su uso. Económica, que se planteó con una visión de largo plazo, considerando la existencia de una visión de país donde sus habitantes jugarían un rol fundamental.

Educativa, que estableció bases para una educación de calidad vinculándola con las necesidades y demandas del desarrollo, cosas que en nuestro país no han sucedido sobre todo porque la forma de gobernar gira en torno a dos factores esenciales: la simulación, que se mantiene a partir del discurso y apoyada en una grosera difusión de lo que se dice se va a hacer, y la próxima llegada a Jauja, que nos cuesta muy cara a los contribuyentes y la impunidad con todo lo que ella implica. 

El discurso y la declaración que difunden los medios fijan cualquier realidad que al gobernante le interesa ponderar, no importando su veracidad.

 Estimado lector, como lo propuse en mi colaboración anterior –Primero, conocer- reitero la invitación a participar identificando las características del gobierno municipal. 

En esta oportunidad me parece que es importante buscar un cambio de expresión y percepción sobre lo que la comunidad en general conoce del gobierno, por ejemplo, la arraigada idea de funcionario, cuando en realidad éste es un servidor público. Aquel, denota autoridad que al instante refleja una relación entre quién manda porque tiene el cargo y quién requiere de un servicio del gobierno. La carga de esta relación se aprecia en el temor, el miedo, que deriva directamente de la ignorancia sobre la naturaleza del cargo público y de quien lo ocupa. Si nos esforzamos por conocer sabremos que la palabra correcta es la segunda, la de servidor público, quien nos debe servir, y no quien debe servirse de nosotros. 

Visto así, nos debemos apropiar de otra palabra que a su vez sustituya una muy arraigada que es la de pedir, entendida como “por caridad atiéndame”, cuando es nuestro derecho exigir de manera educada, respetuosa, pero firme, que un servidor público cualquiera que éste sea, cumpla su encomienda que el cargo le establece. 

Sólo por no dejar, ¿Es indispensable para un buen gobierno hacerse publicidad y propaganda? ¿Cuánto nos cuesta mantener el aparato administrativo del gobierno municipal? ¿Lo que produce el Cabildo y cada uno de sus miembros? ¿está en relación con el sueldo que tienen? ¿Cuentan los Regidores y Síndicos con una Agenda Pública? ¿Esta Agenda está vinculada con el Plan Municipal de Desarrollo? 

En PC 29 buscamos que los ciudadanos se interesen por los asuntos públicos y de beneficio colectivo; estamos convencidos que ese interés más el esfuerzo por conocer, pueden impulsar una efectiva participación ciudadana, empoderarla. 

La invitación para discutir y analizar lo cuestionado sigue en pie. Una verdadera reforma debe iniciar en el espacio de gobierno local, y debe contar con una sólida participación de los ciudadanos.

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