Opinión

Es no renovable…

Por Miguel Ángel Ordaz

El tenerlo a la mano le ha ayudado en momentos de apremio o cuando quiere un poco de diversión por la mañana; aunque para algunos el calificativo no es menor que genio, para otros es la justificación de escribir y cumplir con la columna de compromiso.

Sirva pues este preámbulo para buscar al menos algo que parezca respuesta a la pregunta ¿Por qué  cuando hace la declaración o inicia ataque contra personas, instituciones, medios de información, se tiene una situación de apremio, delicada o que al menos requiere atención inmediata? La respuesta parece ser, desviar la atención, entretener, ya que la falta de resultados positivos de la gestión de alguna manera tiene que ser ocultado, y esto se hace porque se dispone de la principal plataforma matutina que hay, y también porque se dispone del dinero de los contribuyentes que, transformado en contratos de publicidad, obliga a los dueños de medios de información a tratar el asunto “desde que dios amanece, hasta que dios anochece” literalmente. Esta práctica no nos conviene ya que desde temprano se miente, difama, insulta, acusa, se está en campaña.  

Apenas estamos saliendo del atracón que resultaron campañas electorales, spots y propaganda de todo tipo, estimaciones y cálculos de resultados de la votación, y demás asuntos relacionados cuando nos encontramos –otra vez- con las mismas prácticas, discursos, y también un olvido: las condiciones en que se les entregó el mandato a gobernadores, diputados, alcaldes, miembros de cabildos, el mismo olvido que es lo principal, cumplir a satisfacción el interés social y sus demandas, hacer que la gestión se traduzca en calidad, en gobierno de calidad y acercamiento con la comunidad.

Empiezan a hablar los dirigentes de partidos y fuerzas políticas representadas en el congreso, de coaliciones legislativas, de negociaciones y posibles acuerdos, de duras batallas para hacer respetar y valer el voto recibido, olvidando antes de empezar, la voluntad del mandante y su interés. Debemos adelantarnos y discutir sobre la forma de sujetar y condicionar la actuación y decisiones de los diputados en el congreso, empezando por los que representan a los electores del distrito donde vivimos; cambiar el juego, crear la narrativa de nuestros intereses, exigir resultados, asunto sobre el que volveré en próxima colaboración.   

Para que el mandato otorgado no se vaya por los caminos ya conocidos del olvido y el interés particular de mandatarios, es necesario que los mandantes – nosotros, la sociedad- no nos vayamos por el mismo viejo camino del olvido; es necesario que le sigamos la huella a cada presidente, gobernador, alcalde, diputado, regidor, síndico, que ha recibido el mandato de nuestra representación, la de nuestros intereses, y debemos estar listos y preparados para cualquier intento por desviar el interés general, basta recordarles que el sueldo que recibirán se paga con nuestros impuestos; porque es lo inmediato como gobierno, es necesario saber del próximo alcalde cual es el tipo de municipio que ofrece al término de su gestión, cuál es el plan de gobierno, con qué medios lo conseguirá, de dónde los va a sacar. Este puede ser el inicio para el seguimiento y participación.   

Aunque una cosa es gobernar (conducir, dirigir a buen puerto el barco) y otra administrar (planear, controlar y direccionar el buen manejo de los recursos), la integración del gobierno municipal -ente básico y más cercano a la población- lo debemos entender a partir de las acciones que derivan de estos conceptos, es por ello fundamental para nosotros conocer la forma como estas partes atienden la doble tarea, el Cabildo como máxima autoridad presidido por el alcalde, y la administración pública como el brazo operativo del gobierno.

Amable lector, acércate a PC 29, vamos en pos del rescate de nuestro vecindario, de nuestra representación, de la atención a los asuntos que de manera directa pueden mejorar la calidad de vida o deteriorarla más; aquí te decimos cómo. El tiempo es un recurso, el único no renovable. Vamos a aprovecharlo.

En el Cajón. Valen algunas preguntas: ¿La estructura organizacional y administrativa en el gobierno municipal es la adecuada a las necesidades de desarrollo de la comunidad? ¿Los miembros del Cabildo tienen la preparación necesaria para el buen desempeño del cargo? ¿Debe dar a conocer el gobernante electo –alcalde- con tiempo, los perfiles del personal de confianza que ocupará cargos de primer nivel? ¿Debemos involucrarnos en el proceso de elaboración y ejecución del presupuesto, partiendo de nuestra condición de contribuyentes? ¿Debemos cambiar algunas expresiones como la de funcionario por la de servidor público? ¿Son suficientes y actuales las facultades que tienen los miembros del Cabildo para poder actuar como Máxima Autoridad? ¿El órgano de control es efectivo en esta tarea? Claro que hay más.    

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