Cumple Cherán 4 años de autogobierno, SIN PARTIDOS POLITICOS
Cherán, Mich. Este municipio indígena que corona la meseta purépecha, en el centro de Michoacán, celebró ayer sus primeros cuatro años de autogobierno y sin partidos políticos, con el gusto de echar de su territorio el viernes pasado a la candidata a diputada por el distrito 7, Rosa María Molina Rojas, de la coalición entre los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista de México (PVEM).
«Ese día la candidata intentó pasar por aquí y la detuvimos; le dijimos que si no se retiraba la íbamos a meter a la cárcel porque estaba violentando nuestra tranquilidad. Fue escoltada a los límites del municipio, luego nos llamaron del Congreso del estado y les contestamos que existe un acuerdo para respetar nuestros usos y costumbres», recordó Trinidad Ramírez, integrante del consejo de mayores que forma parte del autogobierno.
El municipio, de unos 18 mil habitantes y 27 mil hectáreas, es el más grande entre las comunidades purépechas y se encuentra en la parte alta de una meseta llena de imponentes bosques de encino, que han sido a lo largo de la historia su riqueza y su calamidad, hasta que en 2011 el saqueo forestal y la violencia hicieron que sus pobladores decidieran regirse por sus formas tradicionales.
Hoy no sólo se impide la presencia de candidatos y partidos políticos, sino que los purépechas produjeron mediante autogestión en el año reciente un millón 600 mil plantas para reforestar sus bosques talados. En cuatro años rebasaron las 3 mil 500 hectáreas con nuevos árboles plantados.
En Cherán hay proyectos comunales para todo; además del vivero, construyeron una ladrillera para explotar sus minas de arena; un aserradero, una carpintería y una resinera, todo con ganancias administradas por la comunidad. Además, tienen un enorme captador de aguas pluviales que según Ramírez es de los más grandes del país.
La administración municipal se rige a través de consejos formales que hacen enlaces con los gobiernos estatal y federal; además cuentan con una policía o «ronda comunitaria» que impide el paso «a los malos», y garantiza una estancia sin problemas de seguridad a los visitantes en general.
«No hay avances en justicia»
«Hemos logrado muchas cosas en estos cuatro años, pero no hemos avanzado en que nos hagan justicia. Tenemos cinco desaparecidos y 18 muertos desde que comenzó el movimiento, pero no hay un solo detenido, mientras los huérfanos y las viudas siguen esperando que termine la impunidad», reprochó Ramírez.
El pueblo comenzó el 15 de abril de 2011 el proceso autogestivo del que hoy se siente orgulloso, cuando, al repique de las campanas del templo local y organizados principalmente por mujeres, grupos indígenas reclamaron a talamontes la deforestación que causaban incluso en zonas de importancia vital para el pueblo, como La Cofradía, donde está el manantial más importante del municipio.