Completar el ciclo, no continuar el círculo
Por Miguel Ángel Ordaz
Después de una etapa de luchas y enfrentamientos entre grupos diversos de una nación, que aspiran a tomar el poder, es necesario –una vez conseguido y como efecto de una revolución- emprender el camino de la institucionalidad, es decir, de transformar las condiciones de la nación por la vía de nuevas reglas del juego. En nuestro país así sucedió, al menos en parte y a partir del discurso; transitar de la lucha armada, a la lucha política.
Se fueron creando las instituciones necesarias, el conjunto de reglas, procesos, organismos, y entes públicos, entre otros, que permiten esta lucha por la vía pacífica. El medio para conseguir el poder se hará a través de partidos políticos. Es obligado preguntarnos ¿qué ha sucedido durante ese largo período, casi una centuria?, se crean los partidos políticos; durante más de 50 años tenemos un sistema de competencia política a partir de un sistema único, el presidencialismo y su acompañante el partido hegemónico; el juego democrático se echa a andar, y aparece la competencia electoral, y los visos de legalidad que legitiman al sistema.
En estos tiempos, los partidos políticos sufren importantes transformaciones, y van desde aquellos que mantuvieron su esencia como tales, donde se atendía a los principios y la plataforma política, hasta aquellos otros que se transformaron en una agencia de colocación, negocio familiar o franquicia para el mejor postor. En fin, simulación muy formal que nos ha salido muy cara.
En Coahuila el debate de hoy es la cantidad de elecciones que tendremos los próximos 10 años, y la cantidad de dinero que nos costarán 8 elecciones y casi 3 mil millones de pesos por aquello de la inflación. Disminuir ambos números es el reto y también la propuesta que se está ofreciendo.
La propuesta es interesante, pero me parece que faltan algunos aspectos que deben ser integrados, de no ser así, estaremos dando vueltas en círculo y dejaremos de lado lo esencial: la representación efectiva, por lo que es necesario hacernos algunas preguntas, responderlas y actuar. ¿Debemos limitar la democracia a lo electoral?, ¿debemos darle legalidad a la simulación de división de poderes y sistema de pesos y contrapesos a sabiendas que el Ejecutivo es el que legisla?, ¿debemos mantener esa visión de corto plazo y sexenal?; claro que la respuesta es NO.
El asunto es tomar conciencia de que, como comunidad, sociedad y ciudadanos, estamos obligados a la discusión y exigencia; rescatar la representación efectiva en el congreso del estado y los cabildos, como tarea inicial.
Nuestra calidad de contribuyentes debemos comprenderla como base de la exigencia. Los partidos políticos, así como operan, son un lastre, un obstáculo que favorece a quien detenta el poder; regresarlos a sus orígenes es lo ideal.
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Un comentario
PATRICIA TOBÍAD
Profe. Miguel Angel…excelente su artículo…que los Partidos Políticos regresen a su esencia y dejen de ser agencias al servicio del mejor postor…