Opinión

¿Cómo y quién ganó las elecciones?

Por Moisés Picazo

No es necesario ser experto en el “El Arte de la Guerra” del licenciado o maestro Sun Tzu para saber que para ganar una guerra se necesitan dos elementos básicos: un numeroso y buen ejército, que tiene un costo ($) y pertrechos (armas, municiones, máquinas, etc.), que forman el equipo del ejército. Estos últimos se logran, sobre todo, con una buena inversión de capital; en resumen, gente y dinero.

Tampoco se requiere tener un doctorado en elecciones, democracia, campañas políticas, partidos políticos, participación ciudadana, etcétera, para darse cuenta que para ganar unas elecciones se necesita también gente y dinero.

La hipótesis que se plantea con el título de este artículo es porque analizando las cifras de las últimas elecciones no se ve un proceso normal en los cambios que la “ciudadanía” ha llevado a cabo al depositar su voto en la urna.

Hipótesis: Suposición hecha a partir de unos datos que sirven de base para iniciar una investigación o una argumentación. Muy diferente a una tesis, axioma o ley.

Se hace necesaria esta aclaración porque no se trata de una posición de «amlover» o «antiamlo», ni descalificar a muchos que como ciudadanos depositaron sus votos convencidos de que el cambio de régimen o forma de gobierno era la solución a todos los problemas del país.

Me permito citar unas palabras de Jorge Zepeda Paterson, el cual tiene la bendición de López Obrador como un periodista no corrupto, ni chayotero, ni neolibertal: «El Modito del 3 de mayo 2020 de Jorge Zepeda Paterson, “En teoría, cualquier persona razonablemente decente tendría que estar de acuerdo con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. En teoría, insisto. No se me malinterprete, prefiero con mucho a este presidente que a cualquiera de los anteriores y me sigue pareciendo un milagro político que haya llegado a Palacio un hombre decidido a hacer algo por los que menos tienen, en este nuestro país tan ingrato y desigual. Pero cada que lo escucho despotricar contra alguien en las Mañaneras no puedo evitar preguntarme ¿por qué hacerlo tan difícil pudiendo hacerlo más fácil?»

En otra ocasión, comentaba que no puede haber democracia sin demócratas, y México es paradigmático en ese sentido, ya que muchos analistas, escritores y políticos lo han definido adecuadamente. Ejemplos sobran: Vargas Llosa «México es la dictadura perfecta»; José Mujica «No creo que el pueblo de México se haya convertido en demócrata y razonado su voto» a raíz de la última elección. Otras versiones de esta paradójica elección: artículo atribuido a Raymundo Riva Palacio «El 2018 se definió en el 2017. La campaña electoral del Estado de México empezaba a dar visos de un resultado desastroso para el PRI. El partido del Presidente en la tierra del Presidente. Esto no era opción. A pesar de haber pactado con Ricardo Anaya el impedimento de una alianza PAN-PRD para asegurar el triunfo del PRI, los estrategas del PRI y los Pinos buscaron un Plan B: Una negociación con López Obrador…»

Por último, a reserva de hacer un análisis de la estadística de las elecciones de 2018, sólo mencionaremos estos números: membresía de los partidos, en orden de registro histórico: 

PAN  378,838; PRI  6,368,763; MORENA 319,449, certificados por el INE, previo a elecciones del 2018.

Cada uno de estos partidos debió acreditar dos representantes más un suplente por casilla y un representante cada 10 o 5 casillas de las cuales se instalaron 156,808 por 3 = 470,424 representantes, más los generales suponiendo un promedio de 7 casillas a cubrir: 22,400. En total cada partido requirió aproximadamente 493,000 representantes de casilla, lo común es que si no lo logran con sus afiliados se contratan ($$) para esta labor. 

Como referencia, el PAN en su mejor momento obtuvo 15,989,636 con Fox, el PRI 19,158,592 con Peña Nieto, la izquierda en 2016 con AMLO 15,848,827. 

Por último, los resultados obtenidos:

 Listado nominal 89,250,881. 

Total de votos 56,601,874. 

Primer lugar, MORENA López Obrador 30,113,483 

Segundo lugar, PAN Ricardo Anaya 12,610,120

Tercer lugar, PRI Antonio Mead  9,289,853

Haciendo las comparaciones odiosas, al PRI se le desaparecieron como diez millones de votos y Morena contra toda tendencia incrementó quince millones, algunos opinan que son dieciocho.

La pregunta final: ¿De dónde salió ese ejército y los recursos? ¿Cómo se explica el triunfo de esa contienda, es decir, la elección de 2018? Tal vez dentro de unas decenas de años se sabrá.

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