Opinión

Cambio de diputados, requiere de nuevos ciudadanos

Moisés Picazo Salazar

Brevemente diremos cuál es la labor real y legal de un diputado (no lo que los candidatos ofrecen en campaña).

La pregunta se antoja, porque las funciones de cualquier congreso, ya sea estatal o federal, tienen tres funciones básicas y elementales, para decirlo brevemente, son las siguientes:

Representar a la ciudadanía y ver por los intereses de ésta.

Legislar, o sea, hacer leyes que rijan el estado de derecho y administración pública de la entidad, y que sean benéficas para la ciudadanía y no en contra de ésta.

Fiscalizar, supervisar, evaluar y dar seguimiento al ejecutivo en el buen desempeño de éste, en el uso y aplicación de los recursos presupuestales de la entidad.

Haciendo un análisis, aún muy somero, nos daremos cuenta que estas funciones básicas no se están cumpliendo.

Representatividad: Este aspecto no lo están cumpliendo pues solo cuando andan en campaña le ofrecen a la ciudadanía las perlas de la virgen y mienten con toda desfachatez al prometerles obras que son responsabilidad del municipio o el estado, como pavimento, agua potable, escuelas, etc. pero nunca las consultan en las decisiones que toman en el congreso.

Legislar: Es decir leyes que beneficien a la ciudadanía, que nos den seguridad, estabilidad social, económica y política. Que establezcan políticas que mejoren nuestros aspectos de salud, educación, seguridad en nuestra integridad personal, bienes y propiedades. Por el contrario hacen leyes, que sancionan, multan y controlan a la ciudadanía.

En cuanto a la función de fiscalización, supervisión, evaluación y control del poder ejecutivo, nunca se ha visto que le exijan cuentas ni apliquen la herramienta con la que cuenta el congreso para ese propósito, o sea la Auditoría Superior del Estado, no se conoce que ésta haya tomado acción o haya demandado a un funcionario, mucho menos al gobernador por las anomalías que en su caso han encontrado en el ejercicio del presupuesto y ley de ingresos del estado. Un ejemplo muy claro es la megadeuda.

En virtud de que no hay partidos de oposición, es necesario que nosotros los ciudadanos tomemos este papel y dejemos de ser súbditos. “De una vez y para lo venidero deben saber los súbditos que nacieron para callar y obedecer y no para discutir y opinar de los altos asuntos de gobierno” Bando del Marqués de Croix del 25 de junio de 1767, después de más de 250 nos siguen recetando la misma medicina

La prueba de ello es que nos han hecho analfabetas cívicos, ya no se enseña civismo, ética, lógica, o filosofía en las escuelas, nos han dejado en la orfandad ciudadana, no se nos permite conocer nuestros derechos más elementales, ya no digamos siquiera nuestros derechos humanos de primera generación y mucho menos los de segunda y tercera generación.

Ante esta triste realidad y que no hay una verdadera oposición, la única solución somos los ciudadanos, que nos unamos para defender la democracia y dejemos de tener «la dictadura perfecta», luchar por la transparencia, rendición de cuentas, derecho a la información, contra la corrupción e impunidad, o sea que el poder vuelva a la ciudadanía y no a unos cuantos.

Una propuesta inmediata ante este panorama es que los ciudadanos les demos marcaje personal a los diputados que llegan al congreso, (conste que no son nuevos) que cada uno de nosotros adopte un diputado de su propio distrito (marcaje personal como en el futbol) y haga las observaciones, incidencias o protestas. En PC29 nos pueden enviar sus observaciones,  y les daremos el seguimiento correspondiente para darlas a conocer.

www.pc29laguna.org.mx

Facebook: Participación ciudadana 29

Twitter: @pc29laguna

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