Ambiciones políticas sobre intereses ciudadanos en el Cabildo de Torreón
Por Alejandro Buendía
La representación de los ciudadanos en una administración municipal queda en manos del cabildo, mismo que está compuesto por regidores y síndicos.
En el caso específico de la ciudad de Torreón, éste está conformado en su mayoría por ediles panistas, con 11 representantes, mientras que la oposición tiene cuatro integrantes del PRI y tres de Morena.
La función principal del cabildo es construir un sano contrapeso que ayude a balancear la aplicación de políticas públicas y la administración de la ciudad, sin embargo, en el caso de Torreón, da la impresión que el séptimo piso de la presidencia más bien se ha convertido en un campo de batalla y disputas de poder.
La Segunda Síndico, Dulce María de las Mercedes Pereda Ezquerra, por ejemplo, es la voz de la bancada opositora dentro del cabildo. Su principal función dentro de la administración municipal tiene que ver con la vigilancia, sin embargo, esta tarea se ha transformado en una estrategia para velar por los intereses políticos de su partido, de tal manera que la administración municipal, actualmente panista, pierda fuerza y credibilidad ante la ciudadanía.
Con esta reflexión, no busco generar una tendencia hacia una u otra bancada, sino visibilizar un problema que existe y persiste dentro de las administraciones públicas, locales, estatales y federales: las ambiciones políticas sobre las necesidades ciudadanas.
Durante las sesiones de cabildo, en lugar de generar discusiones y diálogos que lleven a tomar decisiones que abonen a la construcción de una mejor ciudad, se fraguan enfrentamientos directos entre funcionarios de partidos opuestos que únicamente buscan desestabilizar y destruir la reputación de cada uno de sus adversarios.
La Síndico de Minoría exhibe documentos que avalan una presunta red de nepotismo en donde diversos altos funcionarios municipales y estatales pertenecientes al Partido Acción Nacional tienen trabajando a sus familiares en el Ayuntamiento de Torreón. Como respuesta, el Primer Regidor, José Ignacio García Castillo, revira diciendo que cada uno de los empleados del municipio, sin importar el parentesco que puedan tener con un funcionario de mayor rango, están debidamente capacitados para ejercer su función. Además, agrega que los mismos hermanos Moreira replicaron esas conductas, aunque desde ese flanco, la bancada priísta no haya interpuesto ninguna queja o denuncia pública.
Así, los medios son utilizados como armas para desestabilizar a la administración municipal, o como escudos para defender las tropelías que comenten las autoridades. Los ciudadanos, por su parte, continúan con poca presión de agua en sus viviendas, con calles cadavéricas y carentes de una carpeta asfáltica confiable; con camellones deforestados; con empleos mal pagados; con transporte público mal trazado y costoso; con calles sucias y con índices delictivos en pleno crecimiento.
Sugiero, abiertamente y con todo el debido respeto a todos los regidores que conforman al cabildo de Torreón, así como al mismo Presidente Municipal, a que trabajen en pro de los intereses y necesidades de la ciudadanía, y no a favor de las corrientes y ambiciones de sus partidos políticos. Al final, durante las próximas elecciones, el único que tendrá la palabra será el ciudadano, el mismo que, hasta el día de hoy, se encuentra totalmente olvidado.
Facebook: Participación ciudadana 29
Twitter: @pc29laguna